martes, 19 de febrero de 2013

Parásitos externos

Descripción
Los principales parásitos externos que pueden afectar al perro son las pulgas y garrapatas.



Las pulgas son insectos chupadores y con gran capacidad para saltar debido a las patas posteriores adecuadas a este fín. Producen pequeñas erupciones cutáneas que se caracterizan por gran picor que suele durar varios días debido a procesos alérgicos. Por otro lado, pueden provocar un síndrome alérgico cutáneo generalizado.



Las garrapatas son arácnidos caracterizados por un gran dimorfismo sexual que se alimentan de sangre al quedar enganchadas a la piel. La gravedad de la enfermedad radica, además de la posible aparición de anemia en infestaciones masivas, en la posible transmisión de otras enfermedades como la babesiosis.


Ambos parásitos pueden afectar al hombre con especial atención a las picaduras de garrapata que pueden llegar a ser muy graves.

Prevención y tratamiento
Los tratamientos son a base de antiparasitarios externos de uso tópico en gran variedad de formas y actualmente existen otros tratamientos, tanto por vía oral como inyectables, sobre todo contra las pulgas. Es importante señalar que las garrapatas no deben ser arrancadas del animal sin haberlas matado primero ya que podemos dejar la boca del parásito dentro de la piel provocando la formación de quistes. En caso de encontrar alguna garrapata en el perro, un remedio casero para matarla antes de quitársela es embadurnarla con aceite y esperar unos minutos hasta que el parásito se asfixia.

Sarna




 Descripción
Enfermedades producidas por arácnidos microscópicos de diferentes especies que se alojan bajo la epidermis, y que se caracterizan por ir arando la piel destruyéndola. En infestaciones grandes puede llegar a ser una enfermedad muy grave, incluso mortal. Los síntomas se caracterizan por lesiones cutáneas, purulentas, prurito y alopecia en las últimas fases. Aunque es poco probable, el contagio al hombre es posible.

Prevención y tratamiento
El tratamiento de la sarna es complicado debido a que los medicamentos de uso tópico no llegan correctamente al parásito y los de uso sistémico suelen ser bastante tóxicos, aunque en la actualidad existen medicamentos apropiados para combatir la enfermedad, sobre todo en las primeras fases.